Los estigmatizados
Estigmatizado, esclavo, siervo,
servil, ser marcado por el fuego de la etiqueta; connotaciones distintas llegan
a mi mente como prisma de halo de luz a causa del título, una confrontación de
ideas, conceptos en balance, o dicotómicos, un mural de colores lleno de
simbolismo que se abalanza, penetra y habitúa la mente de quien tiene ojos para
ver, ver más allá de simples figuras y compararlo con la realidad social.
Mensaje antes que forma.
Llega a mi mundo de ideas la alegoría
de la caverna de Platón que alude a los hombres que viven al fondo, junto a las
paredes, acostumbrados a las sombras que se originan del fuego a la entrada de
la cueva… el personaje que sale de la caverna y conoce, se convierte en
acreedor de otro panorama, que al regresar con los suyos comparte, pero los de
adentro le toman de loco. Quien sale es marcado, estigmatizado por una
experiencia diferente a la suya, por un fuego llamado raciocinio, los que viven
en oscuridad enraizados de su realidad oprimen a quienes les arrebatan la
tranquilidad de vida, a estos estigmatizados.
Una forma distinta de entender este
concepto es con la creación del artista, un proceso violento y a la vez
armonioso donde el autor desnuda todo su ser, su hacer y tener, fusionándose en
un ente creado, un hijo, una parte de sí, tan poderoso que transmite, evoca,
provoca y marca… primeramente de manera mental, causando un pensamiento, un
recuerdo, una sensación… el artista, entonces, es un artesano que marca con su
arte, y nosotros los receptores somos los estigmatizados.
Estigma de herida santa,
llagas que reflejan una profunda marca
en mis experiencias, posteriori, bellas huellas;
Lamo mis cicatrices, decodificados, mi
ser,
rebelde pensamiento soy
estigmatizador,
pasivo de acción… lienzo en blanco
soy.
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