El arte contemporáneo en la disciplina plástica, específicamente la pintura, es un vehículo que, entre tantas cosas, permite explorar y experimentar al artista utilizando los recursos al alcance, o los de última tecnología, para expresar su sentir, la relación consigo mismo, con el otro, con alguien/algo superior, con la sociedad, la naturaleza o el todo; sea como sea, el pensamiento artístico, y por tanto el arte, muta, nunca se detiene, está en constante desarrollo, y así llega el momento revelador que permite al creador cuestionarse a sí mismo, preguntas tan básicas como ¿Qué pintar? ¿qué implica ese acto? ¿y cómo intervenir para dejar plasmada la esencia del creador en esa acción? Un relativismo de expresión artística en la que se puede llegar a caer, además que, la teoría de la pintura contemporánea deja un hueco grande que siembra la duda por ser ambigua en su historia, en el quehacer de las instituciones correspondientes y la poca certeza del marco legal en el mercado del arte.