El arte contemporáneo

El arte contemporáneo en la disciplina plástica, específicamente la pintura, es un vehículo que, entre tantas cosas, permite explorar y experimentar al artista utilizando los recursos al alcance, o los de última tecnología, para expresar su sentir, la relación consigo mismo, con el otro, con alguien/algo superior, con la sociedad, la naturaleza o el todo; sea como sea, el pensamiento artístico, y por tanto el arte, muta, nunca se detiene, está en constante desarrollo, y así llega el momento revelador que permite al creador cuestionarse a sí mismo, preguntas tan básicas como ¿Qué pintar? ¿qué implica ese acto? ¿y cómo intervenir para dejar plasmada la esencia del creador en esa acción? Un relativismo de expresión artística en la que se puede llegar a caer, además que, la teoría de la pintura contemporánea deja un hueco grande que siembra la duda por ser ambigua en su historia, en el quehacer de las instituciones correspondientes y la poca certeza del marco legal en el mercado del arte.
Muy importante es conocer los referentes de la historia del arte que dan pie a lo que hoy llamamos arte contemporáneo, en general, por razón académica o científica, sin embargo, hay muchos creadores que no conocen el bagaje de datos antes comentados y sin embargo son personajes referentes del arte contemporáneo. El conocimiento es poder y mientras más se sabe, más responsabilidades se adquieren como artista, el artista se complementa; pero también hay quienes sin saber son actores activos, autodidactas, y marcan tendencias o estilos. Recordemos que el contexto cultural en tiempo, espacio y dinámica social se involucra y se confronta a la hora de crear, ya que esto permite dialogar de la huella en la historia que se suscita; con ese conocimiento, el significado de la obra del artista se transforma y contribuye con nuevos símbolos que enmarcan el arte contemporáneo, pensando desde un ámbito global hasta una perspectiva local, o viceversa.
Considero que se estará vigente en la contemporaneidad mientras el artista genere en su mensaje o concepto un sentido de provocación mediante la transgresión o rupturas de estructuras mentales convencionales, o con estímulos estéticos que se trasladen a las dinámicas políticas, sociales, económicas, culturales y estructurales. Crear sin contexto también es crear, pero crear con razón de mensaje de causa y efecto es atinar doble en la comunicación efectiva con el receptor que admira la obra.

Fotografía: Héctor Ventura.

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