Vicioso desvelo
La embriagadora noche
incita al vicioso desvelo, ¿Quién soy para negarme a caer en la tentación? Me
dejo caer en sus suaves y abrazables manos, que aprietan mi cuerpo hasta
dejarme cansado. Entrecierro las ventanas de mis ojos dejando pasar, en
momentos, el aire hipnotizador que refresca mi lucidez. Soy alcohólico de la
imaginación, y la luna es mi dama de compañía.
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